Mauricio Vera, ex bailarín del Teatro Municipal de Santiago y radicado en Estados Unidos desde hace más de 12 años, está de gira llevando a escena El Cascanueces, una de las piezas de ballet más reconocidas y queridas a nivel mundial. En un 2024 marcado por la crisis climática global, los avances tecnológicos de la inteligencia artificial que han traído consigo el miedo frente a la posibilidad del reemplazo de los actores y extras, sumado a las tensiones mundiales geopolíticas, esta obra se alza como un refugio de esperanza y un llamado a la unión familiar en estas fiestas de fin de año.
Estrenada en San Petersburgo en 1892, con coreografía de los Maestros Marius Petipa y Lev Ivanov, acompañada de la música de P. I. Tchaikovsky, El Cascanueces es un popular cuento navideño que se ha transformado en un himno a la unión familiar. Junto con El Lago de los Cisnes, es una de las obras más conocidas del ballet. Este ballet de navidad destaca valores como el compañerismo, la comprensión y la justicia, fundamentales para una convivencia sana en la comunidad.
UN ESFUERZO DE UNIDAD LOCAL
Producir una obra como El Cascanueces es un desafío monumental que genera una fuerte unidad local en cada ciudad donde se lleva a cabo. Más allá del significado y la fantasía que encierra la historia, el gran trabajo necesario para ponerla en escena implica la colaboración de muchas manos y voluntades, creando una impresionante fuerza de comunidad que se repite en cada escuela, compañía o teatro durante el mes de diciembre.
“Es impresionante ver cómo las comunidades se movilizan para hacer realidad esta obra. Los padres y las familias son los principales voluntarios en esta fuerza común, involucrándose en la logística, en la escena del primer acto de la familia y en eventos para recaudar fondos. El Cascanueces se convierte en un proyecto que no solo inspira a quienes lo ven, sino que también fortalece los lazos comunitarios al unir a personas de todas las edades y trasfondos”, comenta Vera.
Este esfuerzo no solo involucra a los padres y estudiantes actuales, sino también a exalumnos que regresan año tras año para ser parte de la producción, manteniéndola como una tradición de las festividades anuales. La obra tiene el poder de poner a un lado las diferencias, pensamientos y conflictos, logrando que todos trabajen juntos en un propósito común: crear algo mágico que impacte a la audiencia y a la comunidad misma.
EDUCACIÓN ARTÍSTICA: UNA PUERTA A LA TRANSFORMACIÓN
Como inmigrante, una realidad que conecta tanto a Estados Unidos como a Chile, Vera reflexiona sobre la importancia de la educación artística desde temprana edad. “En Estados Unidos, valoro profundamente cómo la educación artística es un pilar fundamental en la formación de los niños. Aunque no necesariamente se trate de asistir a una escuela de arte, disciplinas como el ballet, la danza y el canto son parte del currículo básico en muchos colegios, públicos y privados. En Chile, me encantaría ver que el arte ocupe un lugar más central en la educación desde la etapa preescolar”, comenta Vera.
“Ojalá en Chile tengamos más clubes extracurriculares de distintas expresiones artísticas, enseñados por profesionales en el área, donde los niños puedan explorar y descubrir si tienen talento y vocación desde temprana edad. Estos espacios no solo ayudan a desarrollar habilidades artísticas, deportivas u otras, sino que también fomentan valores y la formación integral de futuros adultos con sensibilidad cultural”, añade.
En su opinión, la formación artística no solo desarrolla sensibilidades, sino que fomenta valores como la disciplina, la empatía y el trabajo en equipo. “Introducir a los niños al arte no solo les permite disfrutar de su belleza y sofisticación, sino que también los prepara para convertirse en futuros adultos con un interés genuino en la cultura. Formar audiencias desde pequeños puede cambiar nuestra sociedad, ayudando a que las personas elijan espacios culturales sobre actividades más superficiales. Es un camino hacia una comunidad más reflexiva y sensible”, concluye.
DANZA COMO INSPIRACIÓN Y TRANSFORMACIÓN
En un mundo que avanza rápidamente hacia la automatización y la inteligencia artificial, donde muchos temen que las máquinas puedan reemplazar a los actores y extras, El Cascanueces se mantiene como un recordatorio del poder único del arte humano. La conexión emocional, la creatividad y la capacidad de inspirar no pueden ser replicadas por algoritmos, mucho menos el espíritu que se refleja en una obra.
“El arte nos recuerda lo que nos hace humanos. Cada interpretación es única, no solo por los movimientos, sino por el alma que los artistas imprimen en el escenario. Eso nunca podrá ser reemplazado”, afirma Vera. “Y pienso positivo: el arte va a ser cada vez más importante en nuestra sociedad”.
Además, reflexiona sobre el impacto que su trabajo puede tener en los jóvenes. “A lo largo de los años, algunos me han compartido que mi trabajo en el escenario los inspiró a perseguir sus sueños, y eso es algo que valoro profundamente. Ver cómo estos jóvenes se convierten en bailarines amateurs o profesionales, o cómo encuentran en el arte una fuente de motivación para sus vidas, es algo que me llena de gratitud. En especial, me conmueve saber que jóvenes con un trasfondo latino pueden sentirse identificados al verme interpretar roles principales, mantener mi español nativo intacto y escucharme hablar en su idioma con sus padres. Es un recordatorio de lo importante que es valorar nuestras raíces y compartir un mensaje de perseverancia y orgullo cultural”, comenta Vera.
CONTRIBUYENDO AL DESARROLLO CULTURAL
En enero de 2025, Mauricio Vera viajará a Chile para trabajar en construir alianzas con nuevos proyectos culturales para el período 2025-2026, como presidente de la Fundación Reconocimiento, una iniciativa dedicada a promover proyectos artísticos que lleguen a todas las regiones del país. “Estoy ansioso por contribuir al desarrollo cultural de mi pais y trabajar en proyectos que fomenten la creatividad, el arte, el ballet y la comunidad”, comenta Vera.
TRAYECTORIA ARTÍSTICA
Desde enero de 2012, Mauricio Vera cuenta con una Visa de Artista Excepcional Freelance (O-1), renovada en seis ocasiones, lo que le ha permitido desarrollar su pasión por la danza tanto dentro como fuera de su país. Actualmente está ubicado en el Tri-State (Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut) y basado en TriBeCa, Manhattan, ha trabajado con compañías como Connecticut Ballet, Ballet With a Twist, Covenant Ballet Theatre of Brooklyn, Delta Ballet Festival, New Orleans, NYU Steinhardt, Roxey Ballet, City Dance New York, Iowa State University, Charleston Ballet Theater, State Street Ballet, FJK Dance Company, Ballet Frontier Texas y Ballet Theatre Company in Hartford CT.
Además, ha participado en instalaciones de danza contemporánea y ballet clásico para reconocidos museos como el Whitney Museum, Guggenheim Museum y el MoCA Museum, obteniendo cobertura en medios destacados como el New York Times, Vogue Magazine y The New Yorker.
Contacto
Para más información sobre la Fundación Reconocimiento y sus proyectos, se puede contactar a Mauricio a través de:
Correo electrónico: fundacionreconocimiento@gmail.com
Instagram: Fundación Reconocimiento
WhatsApp: +1-5163850391
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