Por Francisco Matamoros (@f.matamoros_)
La destacada actriz, docente y gestora cultural Nathalia Aragonese conversa con ProEscénica sobre su trayectoria, la importancia de la autogestión en las artes y su visión del teatro y el cine como herramientas de transformación. Con una carrera que abarca desde la actuación hasta la dirección y producción de proyectos escénicos y audiovisuales, reflexiona sobre los desafíos de los artistas que crean sus propias oportunidades, su interés por la neurociencia aplicada a la educación y cómo el arte debe dialogar con los tiempos actuales sin perder su esencia. Además, adelanta detalles sobre sus proyectos para 2025, incluyendo estrenos teatrales y cinematográficos.
Tu carrera ha transitado por el teatro, el cine, la docencia y la gestión cultural. ¿Cómo se han entrelazado estas disciplinas en tu vida y cuál sientes que ha sido el hilo conductor de tu trayectoria?
Definitivamente la autogestión. A penas egresé del club de teatro, escuela donde me formé, entendí que el trabajo también dependía de mí, en el año 2004 cuando el concepto de gestión y administración cultural no era tan conocido como ahora, me pareció una necesidad personal este conocimiento, como forma de desplegar mi trabajo como actriz. También tiene que ver con las inquietudes personales, me interesa el trabajo actoral en su dimensión creativa además de interpretativa, veo mi oficio entrelazado en todas las disciplinas del arte. No puedo quedarme inmóvil esperando una invitación a crear, necesito hacerlo al revés, estar siempre en movimiento y que las invitaciones aparezcan y los proyectos se vayan desarrollando de forma paralela y de manera orgánica. Pero aparte de ser una necesidad, son para mí un placer y un aprendizaje que cada formato le entrega a otro.
Has trabajado en proyectos que van desde la actuación hasta la dirección y la producción de obras y documentales. ¿Qué desafíos enfrenta una artista que además asume el rol de gestora y creadora de sus propios proyectos?
El tiempo, siempre es la relación del tiempo y el ritmo del cotidiano para que todo sea posible, paralelo a esto, es el financiamiento que permita equilibrar las complejidades de cada proyecto y equipo humano. También pienso que la paciencia y el orden son aliados, contemplar lo inesperado, trabajar con lo inesperado y las certezas para sobrellevar la frustración de cuando muchas veces no son los tiempos o las formas de cómo se piensan los proyectos, tener flexibilidad a los cambios es una buena herramienta para sacar adelante las ideas.
En 2018 fuiste premiada como Mejor Actriz en festivales internacionales por tu papel en Cabros de Mierda, y ese mismo año participaste en The Suspended Mourning, una producción ganadora de un IEMMY. ¿Cómo fue vivir ese reconocimiento internacional y qué impacto tuvo en tu carrera?
Son regalos inesperados, internamente los siento como premios a la vocación, a la concentración y el silencio, los pongo en un lugar bastante místicos la verdad, no fueron buscados, ambos son trabajos potentes y especiales. Es curioso por ejemplo el suceso de crecer en una familia que me instaba desde niña irme a Italia porque tengo la doble nacionalidad pero yo nunca lo vi como opción porque me era tan ajeno y sin embargo la primera película que protagonizo la estrenamos en Roma y fue un viaje increíble en un festival con una envergadura que en Chile no existe. Mi trabajo fue tan maravillosamente aplaudido y recibido que me comprobó la potencia de la actuación y me vinculó inevitablemente con mi linaje italiano y chileno y con Justiniano y el neo realismo italiano, fue una experiencia actoral profunda que me conectó con muchas cosas.
La experiencia en Nueva York en los premios IEmmy , fue impensable. Ahí yo actué en un episodio y fui la voz en off de otros, lo que me hizo estar muy cerca de la serie. La primera sorpresa fue que la serie quedara seleccionada, que me invitaran en representación de los actores y actrices, luego estar allá en la ceremonia y finalmente ganarlo fue simplemente una locura, de esas cosas que son evidentes que no son comunes ni pasarán a menudo, para nada. Definitivamente ambos reconocimientos , la película y el premio a esta serie, impregnan potentemente en mi viaje actoral.

La educación ha sido una constante en tu camino, no solo como estudiante, sino también como docente y creadora del Diplomado de Actuación Cinematográfica en la Escuela de Cine de Chile. ¿Cómo crees que el teatro y el cine pueden transformar la educación y el desarrollo de los actores en formación?
Creo que las artes y la educación son un círculo virtuoso, que sólo pueden potenciarse el uno al otro. Las artes potencian el desarrollo de habilidades humanas, apelan a la percepción, al análisis cognitivo y sensibilidades para crearnos como sociedad. Las artes son una dimensión humana beneficiosa.
Cuando presenté el proyecto en la escuela de cine devino de un camino de autoformación que sentí necesario compartir y asentar. Hoy las artes interpretativas están más entrelazadas pero cuando yo comencé a formarme como actriz, acá en chile, el camino era el teatro y luego sólo la experiencia y es en la experiencia donde empecé a entender la diferencia en los formatos y el vacío que existía en la formación integral de la actuación. De manera intuitiva comencé a entender los puntos de unión y diferencia y con Rodrigo Susarte, cineasta y pintor y también mi pareja, comenzamos a unir los conocimientos y trabajar juntos en todo y llegamos a desarrollar métodos de trabajo que unen el cine y el teatro que hacen un camino más cercano y beneficioso para los actores y actrices y eso lo practicamos y compartimos. Un actor y actriz puede formarse de diversas maneras y desde distintos caminos pero siempre será un beneficio el estudio del oficio, plataformas y formatos, eso es educarse del oficio y mientras más se haga, más se perfecciona y se profesionalizan las áreas.
Tu interés por la neurociencia y la educación es evidente en tus estudios más recientes. ¿De qué manera crees que el conocimiento sobre el cerebro y el aprendizaje puede enriquecer las metodologías teatrales y la enseñanza de la actuación?
Pienso que las evidencias científicas son indiscutiblemente un aporte a cualquier tema en cuestión y a la vez, el conocimiento del cerebro parece ser infinito. Tuve un acercamiento a la neurociencia por una prima que me invitó a colaborar en un simposio de la fundación Redes para la infancia, en donde compartí un texto que escribí sobre las artes en la educación y tuve la oportunidad de acercarme a esta visión más neuro científica y el año pasado realicé el diplomado “Metodologías teatrales aplicadas a la educación” en la UFT gracias a Chileactores. Aquí el ramo de neurociencia fue fuertemente determinante para mí en relación a la comprensión de la construcción del cerebro social y el neurodesarrollo. Me parece lógica la idea que aprendemos haciendo y no pensando, esto viene después, es la experiencia, las estructuras de vida, los afectos y las vivencias las que generan la integración del conocimiento, el organismo es el que debe recibir los cambios, no el intelecto, lo que también es responsabilidad del medio, y las prácticas teatrales pueden ser metodologías de aprendizajes, no necesariamente para aprender a actuar, si no para desarrollar las habilidades que desprenden las prácticas teatrales, esto creo, genera lo que comentaba antes sobre el círculo virtuoso de arte y educación donde hay una potenciación en los conocimientos y disciplinas. Es decir, el teatro puede ayudarnos en la neuroplasticidad.

Desde tu experiencia, ¿cómo crees que el arte puede responder a los tiempos que vivimos? ¿Sientes que el teatro y el cine deben adaptarse a las nuevas dinámicas digitales o hay una esencia que siempre debe permanecer intacta?
Todas las anteriores, creo que hay que enfrentarlo todo, finalmente también somos todos, parte de los cambios. Es necesario que el teatro y el cine y las artes en general dialoguen con el entorno y contexto o las características de los tiempos y a la vez contener y resguardar la esencia de las cosas, los orígenes, todo lo ontológico. El teatro y el cine son dimensiones inconmensurables que poseen multiplicidad de espacio para la expresión y avanzan con el todo y eso es orgánico.
Sabemos que este 2025 será un año intenso para ti en el teatro, el cine y la docencia. Sin adelantar demasiado, ¿qué podemos esperar de Nathalia Aragonese este año? ¿Hay algún desafío o proyecto que te tenga especialmente entusiasmada?
Espero con ansias el estreno de la película Invunche, no creo que se estrene este año pero ya está en fase de post producción. Estrenaré la obra Casa de muñecas en el teatro Zoco, estoy terminando de grabar la teleserie Amores de mercado en Mega y en paralelo hago clases de actuación. Este año igualmente seguimos avanzando en proyectos en conjunto con Susarte y dejando que el segundo semestre del año sigan apareciendo nuevos proyectos también, dejar espacio a lo que está por aparecer.
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